VI CUMBRE DE LAS AMÉRICAS:
OPORTUNIDAD PARA UNA CARTAGENA PERFECTA.
Por: Ángela María Serrano Montero
Cartagena
de indias, la heróica, la ciudad amurallada, la ciudad de reinas… Cartagena, la
ciudad más injusta de Colombia y no muy lejos de ser la del mundo.
Desde que
se supo que Cartagena sería la sede para la Sexta Cumbre de las Américas, toda
su burocracia y sus altos mandos y los del Departamento de Bolívar en general, se
vieron en serios apuros; no pueden permitir que los 34 jefes de Estado que ya
han ido arribando a la ciudad, evidencien los estigmas sociales allí existentes
y que para quienes somos colombianos jamás han sido un secreto. ¿Qué hacen
entonces los ilustres? Intentan mostrar una Cartagena sin mendigos y se ensañan
en esconder la miseria y la pobreza de esta ciudad donde cada año, las reinas
desfilan con trajes de miles de millones de pesos diciendo que trabajarán
incansablemente por la niñez desamparada y la pobreza, mientras a sólo pocos
metros, hay también miles de millones pero de habitantes de la calle durmiendo
debajo de puentes y soportando hambre.
El Centro Histórico de Cartagena por supuesto tiene que estar
perfecto, es entonces donde hasta los perros callejeros tienen que ser
desplazados de allí a como dé lugar, pues los pobres animales que allí habitan,
son alimentados con desechos y sobras que indigentes y vendedores ambulantes les
arrojan.
Tantos son los perros callejeros, que se convierten en uno de
los primeros elementos a esconder, por lo tanto son recogidos en camiones para así
despejar el centro y de esta manera desorientarlos y reubicarlos.
No contentos con esto, hicieron un cierre de playas, lea
bien: un cierre de playas, siendo éstas uno de los mayores atractivos de la
heróica, de la Cartagena turística. Esto despertó voces de protesta pues se ven
afectados seriamente quienes allí desempeñan oficios informales para su sustento
diario como el alquiler de sillas plásticas y carpas, la venta de comidas rápidas
o de mar, como por ejemplo camarones, langostinos y otras delicias marinas, es
decir, dicho en otras palabras, no quieren gente en estos lugares donde
precisamente mas se aglomeran miles de visitantes, y más ahora en plena
temporada vacacional.
¿Por qué esconder una realidad? Los visitantes, sean quienes
sean, jefes de Estado extranjeros, no tienen porqué llevarse una imagen falsa,
simplemente que vean lo que tengan que ver, que observen la forma en que allí algunas
personas deben ganarse la vida, que vean a los carretilleros con sus carros de
mula, que le compren dulces a las palenqueras.. pero todo haciéndolo a escondidas, en silencio, otro
ejemplo de esto, en la zona antigua de Cartagena
viene produciéndose un proceso de expulsión de habitantes originales, a quienes
les aumentaron los impuestos prediales, los servicios públicos y otras
arandelas para obligarlos a salir y vender las casas donde nacieron, ¿a
quiénes? A los nuevos ricos, banqueros, especuladores de finca raíz, nacionales
y extranjeros, que ya tienen mansión colonial, con sirvientes, con todas las
comodidades..
Cartagena, Cartagena, tan bella y tan injusta, tan bella y
con tantos conflictos sociales y diferencias de estrato.
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