viernes, 18 de mayo de 2012

La heroica no es un prostíbulo


Cartagena tiene puestos los ojos del mundo a partir de la celebración de la cumbre de las Américas, encuentro de jefes de Estado del continente que se celebró a comienzos del mes de abril y que  pasó a un segundo plano a partir del escándalo sexual en el que se vieron involucrados agentes del servicio secreto de los Estados Unidos tras llevar a prostitutas al hotel donde se alojaban días previos a la llegada del presidente Barak  Obama.
Mientras la investigación del caso deja sin credenciales a  11 de los agentes acusados de "conducta inapropiada" en Cartagena, la canciller colombiana María Ángela Holguín da un paso en falso al afirmar que “Donde hay un hombre, hay prostitución”, frase que pronunció al intentar aclarar que los únicos culpables de la situación son los oficiales implicados. La expresión de la canciller ha tenido el rechazo absoluto por parte de la comunidad masculina que pide respeto no solo  para ellos sino para las mujeres con las que comparten sus vidas porque según la interpretación que ellos le dan a lo dicho por Holguín, todas las señoras que trabajan o viven con hombres son prostitutas.
Pero ¿qué pasa con las damas que prestaron sus servicios de acompañantes? A pesar de que los de la inteligencia “gringa” se las querían dar de vivos al no pagar la tarifa impuesta por una de ellas, han resultado beneficiadas al convertirse en los “personajes” más buscados por algunos medios de comunicación internacionales que las buscan por cielo y tierra con el único fin de escuchar de voz de las protagonistas del escándalo,  el minuto a minuto de lo sucedido en la fiestas de los “calurosos” agentes secretos.
Es claro que Cartagena es una ciudad que atrae turismo de todo el mundo no solo por su historia, las condiciones climáticas  y por los mágicos lugares con que cuenta, ahora es un destino atractivo para los extranjeros que buscan pasar una temporada de desorden a partir de las redes que se han aliado para permitir la explotación sexual en jóvenes, realidad que se quiere ocultar a como dé lugar.
Por su parte la canciller se mantienen en su posición y  dice sentirse muy triste porque han mostrado a Cartagena como la culpable al señalar que solo es un puerto que vive del turismo, mientras que culpa de todo al servicio secreto.



Por Paola Rojas


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