Por: Diana Montañez
Ayer
8 de marzo, salí a la calle casi a las 2:40 de la tarde; por noticias, por la
radio, por mensajes de texto y hasta por llamadas personales ya yo sabía, que
este día, era el día “de la mujer”. ..
Pero que tenia de especial este día y no los otros
días del año…si para mí, todos los días deben ser únicos y especiales para las mujeres. A punto de salir como a las
2:25 de la tarde veo por señal Colombia, un comercial que me recuerda, la tragedia
por la cual se celebra el día de la mujer “ más de 140 jóvenes
trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en un trágico Incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Este suceso tuvo
grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día
Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que
condujeron al desastre”. Entonces medito un rato, a las 2:30 de la tarde pasan
por mi mente, imágenes, recortes de periódico y titulares de noticiero, que
tienen como protagonistas principales a las mujeres, pero no precisamente por causas
nobles, sino por el maltrato al que son sometidas, entonces recuerdo paso a
paso, como hoy en día, las mujeres son atacadas con acido, son violadas, son reprimidas
en sus derechos más íntimos.
Salgo a la
calle a respirar otro ambiente, y me encuentro en el andén con mujeres que llevan en sus manos, flores,
chocolates, detalles, mujeres que hablan por teléfono, concretando citas para
celebrar un día, que no debería ser uno, sino deberían ser todos los del año.
Casi a las 3:10 de la tarde recibo una llamada…- te espero en la estación de la avenida Jiménez Diana…
-Claro estaré
a las 5:00pm ahí.
-“Pero qué
gran mentira, yo no soy la más puntual, y seguro no llegare a las 5 en punto,
llegare tal vez a la 5:30 y con alguna
excusa dentro del bolsillo…llegare”.
Entonces a
las 4 de la tarde regreso a mi casa,
prendo el tv, le subo el volumen y voy al baño, para lavarme las manos, entre
el ruido del agua mezclado con la espuma del jabón en mis manos, escucho una
voz que habla de la literatura, de la juventud, de los nuevos escritores, pero
lo mejor habla de la rebeldía de los jóvenes, pero de la rebeldía fundada en principios
sólidos, y es ahí cuando me detengo casi a las 4:20 para saber qué persona es
la que comparte conmigo el mismo sinónimo de rebeldía. Seco mis manos, vuelvo
al cuarto, y ahí está en la pantalla pequeña de mi televisor Piedad Bonet, la
misma escrito que he leído Una vez en mi vida, la que nunca pensé volverme a
encontrar si no fuese por la escritura, pero hoy la vuelvo a encontrar, ahí estamos
cara a cara, frente a un televisor. Pilar hace parte de un especial de mujeres
en Señal Colombia, lo bueno de este cuento, es que encontrarme hoy con pilar así,
es como mi mejor regalo de “día de la mujer”. No flores, ni tampoco chocolates,
el mejor regalo para una mujer en su día, es encontrarse con ejemplos de
mujeres Únicas…como Piedad.
4:32 de la
tarde, tengo que bajar 7 cuadras hasta
la estación de la av. 68 con 80, y coger un transmilenio J74 que me llevara
hasta la estación de la av, Jiménez si tengo suerte en 40 minutos estaré en el
centro de Bogotá…
-!Carajo,
otra vez llegue tarde!.
A las 5:20
llego a mi estación de destino, el panorama sigue siendo el mismo,
mujeres-rosas-osos-y chocolates. Y no es que yo esté en contra de estos
detalles, solo que me gustaría que esta carreta del día de la mujer, dejara de
ser tan comercial, para ser más sublime, las mujeres necesitan respeto, amor y
valor. La sociedad necesita a más
Piedades Bonet.
A las 6 de la tarde ya en un café del centro de
Bogotá, Ricardo Arjona hace su presencia, suena dos veces seguidas la misma canción,
la que habla de las musas, de las mujeres que hubiera escrito Neruda y pintado
Picasso... todos los presentes desde sus mesas corean…cantan lo que a mi
gusto, debería ser más que una canción y ser una religión, EL RESPETO POR LAS MUJERES.
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