Brasil,
la tierra de la samba, de las mujeres bellas, de la biodiversidad ecológica,
caracterizado como uno de los principales destinos turísticos de Sur América,
también posee una riqueza cultural y musical que invade su territorio sobre
todo en el mes de febrero cuando su gente se prepara para recibir el Carnaval
de Rio.
Esta
gran fiesta que se realiza anualmente, es una de las más grandes del mundo, por
supuesto reconocida internacionalmente. Esta
tradición está acompañada de ritmos caribeños y se diferencia de los carnavales
europeos por la mistura de elementos africanos, indígenas y portugueses, este
gran evento se centra en desfiles organizados, desarrollados por Escuelas de
Samba, que llevan a cabo sus presentaciones en un lugar llamado Sambódromo.
Esta
es solo una de las atracciones de este afrodisiaco país, entre una larga lista,
quise hablar de uno de los ritmos más melódicos y bellos de este país, el bossa
nova.
Este
es un género musical de origen brasilero que surgió a finales de los años 50,
su música se toca con guitarra clásica y puede decirse que es una de las
melodías masa inspiradoras en la historia de la música.
Pensar
en bossa, me remite a el sonido de canciones como La Chica de Ipanema,
Desafinado, Insensatez, más que nada,
que sin duda alguna poseen una letra y una armonía en su composición
envolvente, como puede escucharse en numerosas interpretaciones de João
Gilberto.
Por
último, el estilo de este ritmo mágico y sensual, se convirtió en un movimiento
renovador que atrapó el oído musical del
mundo entero.
Por: María Paula
Nieto
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