viernes, 24 de febrero de 2012

¿Cómo es pasar una tarde comiendo pizza con su cantante favorito?


Asustadas, temerosas, agitadas, con ojos inquietos y con el susto que tal vez provoca una cita a ciegas, diez mujeres se acercaron al hombre que consideran su cantante favorito, el venezolano nacionalizado colombiano Jean Carlos Centeno quien destinó una tarde de jueves para acercarse a sus fanáticas. Algunas llegaron a la hora acordada, aunque minuto a minuto fueron apareciendo de una en una, hasta que cerca de las cuatro de la tarde 12 personas desconocidas entre sí, compartían una mesa que los administradores del lugar adecuaron para que los invitados tuvieran su propio espacio.


La cita era a las 3:30 en una reconocida pizzería al  norte de Bogotá, el pretexto: presentarle a su grupo de seguidoras “Así canto yo”, su nuevo disco, que según el mismo artista contiene trece canciones que calificó de excelentes por los compositores y productores que aquí participaron.

Luz Jannet, Jakelinne, Liliana, Leila y Francy, son seis de las fanáticas de Jean Carlos que no sabían como describir ese momento. Las cámaras no paraban de dispararse, todas querían registrar ese momento y dejar evidencia de una tarde que Leila calificó de mágica.

Cada una tenía un motivo para cumplir la cita, para Viviana Alarcón, una joven mujer de piel morena, sus ocho meses de embarazo no fueron impedimento para ser la primera en llegar al lugar y reservar un lugar cercano a su artista, mientras el cantante le deseó lo mejor en su nueva vida como mamá.

Los minutos pasaban, la tarde es esfumaba y la tertulia se iba haciendo  más interesante cuando cada una de las invitadas saciaba la curiosidad preguntándole a su ídolo sobre su vida personal y profesional. Jean Carlos, como dice un adagio popular “bendito entre las mujeres”, se limitaba a responder amablemente y sacarle chiste a cuanto comentario de su grupo de fans, mientras su compañero de fórmula, el acordeonero Ronald Urbina, quien lo acompaña desde hace ya cinco años,  llega al lugar para interpretar el acordeón y el venezolano comienza a  interpretar canciones nuevas y clásicas.

Cerca de las siete de la noche, después de hablar, cantar y comer pizza, el artista se despide de sus fanáticas dejándoles como recuerdo su nuevo disco y  un afiche que pacientemente firmó uno por uno.


Por: Paula Milena Rojas

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